martes, 24 de mayo de 2011

Un echo histórico, por muy mal que les sepa a algunos...

La abuela que lleva la cazuela a los chicos de la acampada preocupada por si han comido bien... La señora que aprovecha el turno de opinión para darse unos minutos de gloria y cantar el soy barrendero de Antonio Molina... La representante de un colectivo pidiendo derechos y respeto para las personas con deficiencias mentales... La señora que reclama una paga de no se sabe muy bien que, pero que lleva ya varios meses sin cobrar... Los que van a soltar su perorata, que llevan guardada desde hace tantos años que hasta ellos mismos se dan cuenta que esta fuera de lugar...

El turno de palabra que cada noche se da en la asamblea da para esto y mucho más. Un Ágora de nuestro tiempo que cada cual interpreta a su modo, un fenómeno que no puede dejar indiferente a nadie y que, por lo menos yo, nunca había visto hasta ahora.
Solo esto ya es suficiente para considerarlo como algo único; una experiencia que nunca hasta ahora podíamos vivir y que desgraciadamente me temo  será efímera. Después volveremos a guardarnos nuestras opiniones para las cenas con nuestros padres, para aburrir a los amigos o pelearte con ellos, o para cuando se nos calienta el hocico en el bar... Solo ahora puedes acercarte a la plaza de tu ciudad y escuchar lo que piensan esas personas que, como tu, consideran que algo no va bien, que algo huele mal en nuestra sociedad.... Puedes salir y expresar tu cabreo, tus dudas, tus peticiones al viento...

El que los que mandan lo miren con displicencia, desprecio, risas o cachondeo dice mucho de ellos, bastante más de lo que se ha expresado en las calles estos días.
Se sienten cómodos, en el fondo solo les ha picado el culo un poco, después de las urnas del Domingo han vuelto a sus tronos. Se les ha refrescado en sus cabezas que la gran mayoría esta con ellos (o con lo que hay, sencillamente). Piensan: esos solo son unos miles ruidosos y nada más: casi todos siguen igual que antes, como si nada hubiese pasado, están a favor de nosotros, solo quieren que les demos su parte del pastel, la parte que siempre han tenido y les llenaba...

Salgo a la plaza, cojo el micrófono: - Seré breve, como todos prometen, las urnas han dejado claro que: o la gente tiene miedo, terror a perder lo que tienen, o lo poco que tienen, o que la gente esta tan dormida, tan incrustada en el pesimismo del “es lo que hay”, que prefieren encender sus televisores y poner el canal con la serie de risa o en el que están dando las noticias de su equipo de fútbol, y seguir como si nada, en el fondo nada va a cambiar, esto solo es una tontería de unos cuantos jovenzuelos, y además ¡el Sábado seremos campeones! -.

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